Actualmente la mayoría de temas que está viviendo el mundo se encuentran asociados al coronavirus (Covid-19), su rápida propagación ha obligado a autoridades políticas y sanitarias a enfrentar este grave e inédito desafío con riguroso pero necesario aislamiento. ¿Afecta el coronavirus a todos por igual? ¿Puede ser una oportunidad para la Igualdad?
En nuestro país, si bien este aislamiento perjudica a toda la sociedad, principalmente afecta a las poblaciones más vulnerables (pobres y pobres extremos) que en medio de carencias necesitan trabajar diariamente para vivir.
Por otro lado, hay varias personas en áreas exceptuadas de la cuarentena: personal de salud, cuidadores de ancianos, recolectores de basura, empleados de los supermercados, negocios de alimentos y farmacias, trabajadores de la producción/comercialización de alimentos y medicamentos, y en las fuerzas de seguridad, entre otras. Son ellos los que deben protegerse y ser protegidos de la infección, asegurando los empleadores y el Estado todos los elementos para cuidarse y cuidarnos, ya que son ellos los que están más expuestos y corren un mayor riesgo de infección y de pérdida de sus medios de vida.
Sin embargo, esto no siempre ocurre: a muchos de estas personas no se les proveen los insumos para cuidarse y cuidar. Además, son los más postergados en la protección social, ya que en general no cuentan con cobertura de jubilación, ni seguro social, y menos con licencias en caso de que ellos o algún familiar directo se enferme y deban cuidarlo y quedarse en sus casas.
La oportunidad que nos brinda la pandemia es visualizar la importancia de que el país desarrolló un sistema sostenible, inclusivo y equitativo, así como promover su incorporación. Ser más sensibles y conscientes frente a estas diferencias en nuestra sociedad. Además, revisar cómo se usan los recursos para prevenir. Frecuentemente la prevención no se prioriza, y por la pandemia adquiere importancia; debe ser algo que trascienda la pandemia siempre debemos priorizarla.
La epidemia del coronavirus pasará, pero deberá seguir vigente el esfuerzo para luchar contra la desigualdad, promover la sensibilización para considerarnos una sola humanidad y reconocer el poder de la fe y la oración. Recuerden que el coronavirus no distingue ninguno de los parámetros que utilizamos para dividirnos o clasificarnos. Y que descubrir la riqueza de la diversidad es descubrir la fuerza con la que podemos superar este y otros problemas mundiales.
Seamos agradecidos por lo que tenemos, un techo, el alimento diario, nuestra familia, la salud, etc. Aprovechemos este tiempo para observarnos y reflexionar sobre cómo estamos tomando esta crisis, cuáles son nuestras prioridades, nuestros miedos, ansiedades y preocupaciones. Tomemos medidas de acción desde nuestro centro hacia los nuestros, medidas que generen un cambio, reinventen, reestructuren nuestro hogar, nuestra familia. Veamos esta extensión de la cuarentena como una oportunidad para seguir aprendiendo, sanando, uniéndonos, valorándonos, amándonos, dejando el egoísmo y el orgullo por la humildad, bondad y generosidad.
¡Animémonos, juntos podemos!
Equipo de Psicopedagogía